¿QUÉ PUEDE OCASIONAR UN TRAUMA EN LA INFANCIA?

En algunas ocasiones, como sucede con el abuso físico y sexual, el trauma es muy evidente, pero existen muchos tipos de trauma infantil que pasan desapercibidos y no los identificas como tal.

La negligencia, por ejemplo, es una situación traumática, al igual que la pérdida de una madre o un padre, una enfermedad grave que hayas sufrido, algún tipo de discapacidad o condición que te dio inseguridad, tener muchos hermanos y hermanas, la separación o abandono de una persona significativa, haber tenido padres ansiosos o emocionalmente no disponibles, incluso el propio trauma infantil de tu mamá o papá.

Pudiste haber experimentado varios de ellos, pero hasta este momento nunca consideraste que todo eso podría haber provocado un trauma.

NEGLIGENCIA INFANTIL

La negligencia infantil sucede cuando tus necesidades emocionales o físicas no son atendidas. Esto normalmente ocurre cuando tus padres están demasiado preocupados y abrumados con sus propios asuntos.

También se da si uno de ellos o ambos sufre de alguna enfermedad mental, lo que en ocasiones conduce a que te conviertas en el «padre» o «madre» de la casa, haciéndote responsable de cuidar a tus otros hermanos/as o el encargado de hacer los oficios del hogar que ningún niño o niña debería.

Cualquiera que sea la causa provoca que tus necesidades de haber sido protegido y cuidado se queden desatendidas.

Ningún niño o niña debería ser explotado por las necesidades de sus cuidadores, hacer esto constituye un abuso hacia el menor.

Las necesidades de los niños deben ser la prioridad antes que cualquier otra cosa.

Si esas necesidades no fueron provistas por quien o quienes se hacían cargo de ti entonces experimentaste la negligencia infantil. 

PÉRDIDA O ABANDONO DE UNA MADRE O PADRE

La pérdida temprana de la madre o el padre o cuidador, ya sea por muerte o abandono, también es un trauma. Sin importar lo mucho que hayas sido cuidado por otros miembros de la familia o por el padre o madre que aún está, este tipo de pérdida provoca un dolor profundo en ti.

Si tu llanto no fue visto o escuchado o permitido, esa pérdida se vive de una forma todavía más significativa y dolorosa dentro de ti. 

Necesitabas o aún necesitas llorar.

Como consecuencia de aprender muy pronto que un ser querido repentinamente podía desaparecer o irse, creces y te conviertes en un adulto con temor a la pérdida.

Incluso si la pérdida ocurrió cuando tenías poco más de veinte años, este es un periodo todavía vulnerable. En la actualidad puedes tener miedo a la cercanía de una persona porque la cercanía y necesidad podrían significar una pérdida dolorosa para ti.

La mayoría de traumas sin resolver afectan significativamente a tu autoestima y causan ansiedad.

ENFERMEDADES GRAVES

¿Sufriste algún tipo de enfermedad grave cuando eras niño? Si fue así, seguramente tuviste que permanecer aislado en tu casa o en el hospital para resguardar tu salud.

Esto significó tener que suspender tus actividades normales y vivir con la incertidumbre de no saber en qué momento regresarías a la normalidad y de no encajar en un lugar ni en el otro.

Ser hospitalizado también implica estar alejado de tus padres, eso sumado a los traumáticos procedimientos médicos que te hacían sentir miedo con frecuencia. 

Todo esto pudo dejarte con síntomas de ansiedad que aún sientes hasta el día de hoy.

Si tus vínculos parentales fueron seguros y estuvieron disponibles y brindaron apoyo en una situación como esta, eso sin dudarlo fue de mucha ayuda. Pero si no fue así, siendo adulto te puedes sentir inseguro en las relaciones importantes de tu vida.

PROBLEMAS DE APRENDIZAJE

Haber tenido dificultades de aprendizaje como dislexia o TDAH o cualquier otra condición puede que te haya hecho sentir diferente y constantemente comparado con otros niños. 

No es fácil vivir con problemas de aprendizaje, y menos si estos no fueron diagnosticados y no obtuviste la ayuda que requerías. Hasta los niños muy inteligentes terminan pensando que son tontos.

Esto es perjudicial para tu autoestima. Quizás te esforzaste muchísimo para hacerlo lo mejor que podías luchando con desafíos que no podías controlar. O al revés, fuiste poco a poco dándote por vencido.

Hoy en día puedes ser un adulto perfeccionista que trata siempre de complacer a los demás, pero ni así sientes que eres lo suficientemente bueno. O crees siempre ir por detrás de otros y sientes que no puedes alcanzarlos.

Los efectos de haber tenido problemas de aprendizaje, y no haber recibido la ayuda y apoyo que necesitabas, pueden seguir viviendo contigo en la actualidad, aunque pienses que ya superaste esos problemas.

CRECER CON MUCHOS HERMANOS Y HERMANAS

¿Eras uno más de tus tantos hermanos o hermanas? ¿sentías que nunca era suficiente lo que tus otros hermanos y tú recibían? Esto es bastante común en las familias nucleares numerosas.

Los recursos que tus padres podían proveerte eran limitados, y todavía eran en menor cantidad si tenías poca diferencia de edad con otro hermano. Y aún peor si tu mamá estaba siempre cansada, abrumada, y preocupada con tus otros hermanos que parecían siempre necesitarla más.

Si tu caso fue que eras el hermano/a mayor, entonces esperaban que tú cuidaras de los más pequeños.

Puedes intentar auto convencerte y creer que tu familia numerosa fue amorosa (o quizás nunca sentiste que fuera así), pero ser un niño con muchos hermanos puede ser doloroso y ocasionar un trauma.

Quizás te sentías constantemente insignificante alrededor de tantas personas. Nunca te miraban ni escuchaban. Siempre te sentías marginado, alejado y muy solo. 

Vivir de esta forma deja a los niños emocionalmente descuidados y con el sentimiento de no haber sido suficientemente amados.

Ahora eres adulto y sientes que siempre tienes que dejar tus necesidades a un lado o ser siempre el que tiene que dar con el fin de sentirte amado. 

O quizás vives con una carencia muy grande de amor que necesitas llenar a toda costa, a cualquier precio, y con cualquier cosa.

Las consecuencias de haber crecido junto a muchos hermanos son todavía más dañinos si se tuvo a una madre indiferente y que emocionalmente no estaba disponible para ti. 

Una madre o un padre con el que no puedes llegar a vincularte emocionalmente es traumático para cualquier niño. Todos los niños necesitan sentirse vistos, escuchados, apoyados, emocionalmente respaldados y valorados. 

Los efectos de haber pasado tanto tiempo esperando, observando,  con el deseo intenso de que tus sentimientos finalmente fueran escuchados perduran toda la vida si no se busca ayuda profesional para resolverlos.

Y esto conduce a que ahora eres reservado con tus necesidades e inseguro de sentirte amado por alguien. Seguramente aprendiste que mantener tu distancia sin esperar mucho era lo mejor.

MAMÁ O PAPÁ CON ANSIEDAD

También pudiste tener una madre o un padre ansioso que con frecuencia sentía miedo y siempre esperaba lo peor de las situaciones, escondiéndose o desconfiando de todos.

La ansiedad parental se incrusta en el cuerpo y mente de un niño, lo que da como resultado un adulto traumatizado, siempre preocupado, y viviendo la misma ansiedad que la madre o el padre tenían sin siquiera darse cuenta.

Vivir y ser criado por padres ansiosos también es traumático.

Si tus padres tuvieron una infancia traumática y ese trauma permaneció sin resolver, este se «hereda» de padre/madre a hijo/a, de inconsciente a inconsciente.

A esto se le conoce como trauma transgeneracional y se define como “una transferencia donde el dolor emocional, físico o social sufrido por una persona en un momento dado se transmite a las nuevas generaciones”. 

Al ser niño eras vulnerable, así que no era difícil «recibir» estos problemas emocionales de tus padres y en definitiva te afectó.

Los padres con traumas sin resolver siguen experimentando su propio trauma. Por esta razón no pueden estar cien por ciento disponibles para sus hijos o, como suele ocurrir, se identifican con el agresor que los agredió a ellos cuando eran niños.

En otro tipo de casos cuando los padres son sobrevivientes de una catástrofe o de una guerra, el terror que vivieron y las pérdidas trágicas que experimentaron pueden quedarse viviendo como fantasmas que los acechan a ellos y a ti.

Todos estos tipos de situaciones son traumáticas y sus efectos viven dentro de nosotros manifestándose a través de síntomas. Todos ellos pueden afectarte a lo largo de tu vida adulta, en todas sus variedades y formas, cuando permanecen sin resolver.

"Teóricamente, puedo imaginar que algún día consideraremos a los niños no como criaturas para manipular o cambiar, sino más bien como mensajeros de un mundo que una vez conocimos profundamente, pero que hemos olvidado hace mucho tiempo, que pueden revelarnos más sobre los verdaderos secretos de la vida, y también de nuestras propias vidas, de lo que nuestros padres pudieron."-Alice Miller

4 comentarios en «¿QUÉ PUEDE OCASIONAR UN TRAUMA EN LA INFANCIA?»

  1. Que tema tan interesante, tan cotidiano y a la vez olvidado en nuestra sociedad. Gracias por compartir

    • Gracias Johana. Así es, se nos olvida muchas veces el sufrimiento de nuestro propia niña o niño interno, pero aun años después los efectos de ese dolor nos recuerda que sigue estando allí.

    • Hola Mayté. Si no los habías identificado antes, haberlo hecho ahora es un paso importante para poder comprender de dónde viene lo que sientes ahora. Gracias por tu comentario.

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