Depresión: enfrentando tu ira

Has vivido mucho tiempo con el miedo a enfrentar tu enojo, pero ya no tiene que ser así. Si quieres vencer la depresión tienes que saber que, aunque no lo parezca, es posible hacerlo con la ayuda correcta.

Si te encuentras inmerso en un ciclo depresivo del cual no puedes salir, seguro estás familiarizado a la perfección con esa voz interna que siempre te hace sentir culpable.

Lo que probablemente no sabías es que esa voz interna y autocrítica es en realidad la ira reprimida que alguien en algún momento te hizo sentir, pero no la diriges a quien lo hizo, sino la diriges hacia ti. 

Liberarte de la depresión implica enfrentarte a las raíces de esa ira (más fácil decirlo que hacerlo, por supuesto). Pero si encuentras la terapia adecuada puedes aprender a aceptar ese enojo que sientes. De esta forma no tendrás que controlarlo y ocultarlo más tiempo.

Quizás piensas que sentirte frustrado o mostrar con facilidad tu enojo hasta explotar es no tenerle miedo, pero no es así. Sentirlo o mostrarlo no significa que no le temas a tu enojo y sus consecuencias.

Así que sigue leyendo para saber más sobre la depresión, ira, de dónde viene y cómo conseguir la ayuda adecuada.

Depresión persistente

Hay una serie de síntomas que son comunes cuando existe una depresión persistente. En esta lista encuentras cuáles son esos síntomas. Puedes tener algunos de ellos y otros no, lo importante es que identifiques cuáles sí tienes.

  • Pérdida de interés en actividades del día a día.
  • Desánimo, vacío y tristeza.
  • Desesperación.
  • Falta de energía y cansancio.
  • Baja autoestima, autocrítica o sentir que no eres capaz.
  • Tienes problemas para concentrarte y tomar decisiones.
  • Irritabilidad o enojo excesivo.
  • Niveles bajos de actividad, efectividad y productividad.
  • Evitas actividades sociales.
  • Sentimientos de culpa y preocupación sobre el pasado.
  • Poco apetito o comer en exceso.
  • Problemas para dormir.

¿Te identificaste con varios de ellos?

Si fue así, pudiste darte cuenta que algunos de ellos están relacionados con baja autoestima, desesperación, culpa, ira, sentimientos de insuficiencia y, en especial, de autocrítica.

Están marcados en negrita y son los más relevantes porque hacen que la depresión persista. Todos tus síntomas, sobretodo los relacionados con culpa, enojo, autocrítica y baja autoestima, no surgen de la nada en tu mente.

Todos ellos aparecen como consecuencia de un trauma infantil (abuso físico o sexual, negligencia física o emocional, acoso, padres con enfermedades mentales o alcohólicos y/o drogadictos). Estos síntomas surgen de cualquier situación que te haya hecho sentir que no eras lo suficientemente bueno.

Puedes estar consciente que en muchas ocasiones tuviste que vivir sintiendo miedo y vergüenza. Sin embargo, también es posible que no estés seguro de haber sufrido alguna vez un trauma ni tampoco tener idea del porqué de tus síntomas de depresión.

Aún así, estás buscando respuestas porque la depresión es persistente y con frecuencia te encuentras a ti mismo culpándote de muchas cosas.

La depresión y el trauma infantil

Muchas veces las situaciones que provocan un trauma no son tan evidentes como el abuso o la negligencia física infantil. Existen otro tipo de situaciones más sutiles que pueden ser experiencias de igual forma dolorosas y traumáticas.

Los problemas de aprendizaje que te hicieron sentir menos inteligente que otros, divorcio de los padres, mudarse constantemente,  enfermedades, la pérdida o abandono de alguien importante en tu vida, etc. Cualquier situación que te hizo sentir inseguro o mal de ti mismo fue traumática.

La depresión es uno de los síntomas psicológicos que surge de las heridas que dejan los  traumas infantiles. Si no se cuenta con la ayuda necesaria para resolverlos pueden persistir hasta que eres adulto.

La ira, baja autoestima y problemas para confiar en ti mismo también forman parte de la lucha con la depresión.

Quizás crees no sentir enojo. Pero si sientes que sí, probablemente no quieras expresarlo porque quieres de alguna forma agradar a las personas. O quizás sí tengas mucha ira dentro tuyo, pero tenerla también te hace sentir muy mal.

Te sientes tan culpable porque muchas veces esa ira reprimida ha salido con las personas que amas o incluso en momentos donde te encuentras tú solo.

Después de haber sobrevivido circunstancias de tanto dolor, siendo un pequeño que solo necesitaba amor, y como consecuencia pasarte años viviendo con depresión, sentirte enojado está más que justificado. No te sientas culpable, tienes razón de estarlo.

Si fuiste una niña o niño a quien sus padres repetidamente lo hacían sentir culpable por muchas cosas, el resultado de ese trauma es un adulto que tiene depresiones persistentes y, además, una baja autoestima.

Echarte la culpa a ti mismo fue el mecanismo que utilizaste de niño para darle un sentido a lo que sucedía a tu alrededor. Los niños que han sufrido maltrato frecuentemente se echan la culpa a sí mismos de lo que les sucedió.

Esto hace que te sientas triste, inseguro, frustrado, y con mucha ira.

Independientemente de si estás consciente o no de tu ira o si sientes mucha culpa cuando dejas que salga: siempre hay una voz autocrítica dentro de ti. Esta voz es parte de la depresión. 

La voz en tu cabeza

Esta voz siempre te culpa. Siempre te señala todo lo que has hecho «mal». La culpabilidad es el detonante para que esta voz comience a hablar en tu cabeza.

Una de las razones por las cuales la depresión no se termina es debido a esta voz que te culpa a ti de todo. Y necesitas ayuda para superarla.

Esta voz te condena cada vez que te sientes culpable al enojarte o cuando crees haber expresado «demasiado» algo que sentías. Te hace sentir como si lo que hiciste estuvo terriblemente mal.

Es común sentir que nunca puedes hacer algo bien o lo suficientemente bueno o te sientes culpable de muchas cosas. Esto es algo que sucede con frecuencia en la depresión persistente.

"El cansancio típico de la depresión aparece cada vez que reprimimos nuestras emociones intensas, cuando minimizamos los recuerdos del cuerpo y no queremos prestarles atención".-Alice Miller

Y te sientes peor cuando te comparas con otras personas porque sientes que los demás siempre lo tienen todo más fácil que tú. Esto solo hace que el ataque de crítica hacia ti mismo se agrave.

Y como esta voz es tan convincente estás de acuerdo con ella.

Por esta razón muchas veces puedes sentirte cansado y solitario, porque al vivir con esta crítica dándote vueltas en la cabeza todo el día, lo mejor es encerrarte en una caparazón. Y no poder mostrar tu verdadero Yo es doloroso.

«¿Qué es esta crítica hacia mí mismo? ¿Por qué me sucede a mí?» Esta voz que critica y te hace sentir culpable es tu ira. Es la ira hacia quienes te lastimaron, pero no la diriges contra ellos. La rediriges contra ti. 

¿Por qué la ira es un problema?

La ira se vuelve contra ti cuando te sientes culpable y también ansioso por sentirte enojado, es entonces cuando se convierte en esa voz que constantemente está enojada y molesta contigo.

Quizás te preguntes: «¿Por qué es tan difícil sentirme enojado? ¿Acaso no es normal y razonable para otras personas sentir enojo?» 

Aunque cada persona tenga sus propias razones para sentirse enojado e inseguro, todas ellas casi siempre surgen de las propias experiencias tempranas.

La mayoría de personas necesitan recibir ayuda de una psicoterapia para averiguar cuáles son sus propias razones. Sin embargo, estas circunstancias son algunas y podrías identificarte con alguna de ellas:

  • Miedo a lastimar a alguien con tu enojo.
  • Las personas te hicieron sentir mal poniéndose a la defensiva.
  • Rechazaron o criticaron tus sentimientos.
  • Tuviste padres explosivos o enojados que te daban miedo.
  • Cuando intentabas hablar nadie te escuchaba.
  • Siempre te decían cosas como: «No deberías estar enojado por esto».
  • Temor a no agradarle a nadie.
  • Creer que tienes que ser “bueno” y calmado.

Todo esto, en la mayoría de los casos, no se piensa conscientemente sino inconscientemente. Y lo que permanece en el inconsciente no se puede resolver. Así que permanecen «escondidas», pero contribuyendo a tu depresión.

Sea como sea, te sientes terrible cuando te enojas y tratas de ocultarlo. Por esta razón es importante buscar ayuda profesional.

Si has sufrido de depresión hace ya bastante tiempo quizás sientas que no hay esperanza para ti. Pero quiero decirte que sí la hay, aunque es importante conocer qué tipo de ayuda necesitas.

¿Qué tipo de ayuda necesito?

Si has vivido muchos años luchando con la depresión y con el miedo a tu enojo entonces la mejor opción es una psicoterapia. Sin embargo, no cualquier tipo de psicoterapia es aconsejable. 

Es importante que el/la profesional con la que trabajes para este proceso entienda dos cosas fundamentales:

La primera es que debe comprender que dentro de ti hay una voz que siempre te hace sentir culpable por mucho que hagas el mejor esfuerzo en tratar de esconderla.

Lo segundo que debe entender es que esa voz dentro de ti surgió hace mucho tiempo atrás, y por esta razón le temes a tu miedo y a sentir que nadie te escuchará. Además de haberte impedido que desarrollaras buenos sentimientos hacia ti mismo.

Necesitas recibir ayuda de un profesional que te permita sentir tu enojo e indague hasta dar con la raíz del porqué te sientes así. Un psicólogo que se especialice en depresión puede ayudar mucho siempre y cuando este tenga un entendimiento profundo del trauma infantil y de sus distintos efectos.

Un psicoterapeuta con un enfoque psicodinámico o psicoanalítico es recomendable para iniciar.

¿Qué debes buscar en terapia?

Seguramente te preguntas esto si eres alguien que, en repetidas ocasiones, ha asistido a terapias y no has sentido que funcione. 

Así que lo primero que debes buscar es sentirte escuchado desde la primera consulta. Si el psicoterapeuta te dice cosas que te hacen sentir como nunca antes te habías sentido, es un buen indicio. Si esto no sucede, te recomiendo que sigas en la búsqueda.

Aquí encuentras una serie de cosas que debes obtener de tu psicoterapeuta una vez que la terapia ya esté en marcha:

  • Es muy importante que no te critique, sino que te escuche con empatía.
  • Que te ayude a no tomarte demasiado en serio esa voz que te culpabiliza.
  • Que comprenda tu ira y las razones de esta.
  • Tiene que ser un profesional que tome en serio los efectos del trauma infantil.
  • La terapia debe ser un lugar seguro donde puedas expresar tu enojo.
  • No debe ponerse a la defensiva si te sientes enojado o incomprendido.
  • Debe ayudarte a trabajar en esa culpa que sientes.
  • Tiene que proveer una terapia en donde te sientas cómodo y bien siendo tú mismo/a.

Una terapia nunca debe ser un lugar donde te sientas inseguro de expresar lo que sientes. Debes sentirte cómodo al hacerlo y, muy importante, a tu propio ritmo. Sin prisas ni juicios.

Un psicólogo/a que tenga la capacidad para llegar a la raíz de las causas de la depresión persistente es sumamente importante para ti, en especial si los efectos del trauma todavía te siguen afectando.

Al recibir una psicoterapia de este tipo puedes aprender a usar tu enojo para poder comunicarte abierta y asertivamente. Ya no te sentirás atacado por esa voz autocrítica ni le temerás a tu ira.

Cuando seas capaz de expresar tus verdaderos sentimientos, no solo en terapia sino también con las personas cercanas a ti, te sentirás más libre y seguro de lo que piensas, haces y dices.

"Puedes pasarte toda una vida intentando olvidar unos pocos minutos de tu infancia."

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