hablando de maltrato infantil

Es difícil darnos cuenta que de una u otra forma muchos de nosotros hemos sido víctimas de maltrato cuando éramos niños, niñas o adolescentes.

Cuando escuchamos «maltrato infantil» es común que vengan a nuestra mente imágenes en donde vemos a niños brutalmente golpeados con heridas visibles en el cuerpo o con signos claros de ser víctimas del completo abandono de los padres y por esa razón no creemos haberlo sufrido.

Y sí, evidentemente se trata de niños que sufren maltrato infantil, pero ¿es ese el único tipo de abuso o violencia que puede alguien sufrir de pequeño? ¿qué hay del maltrato o abuso psicológico? ¿tendrá menos consecuencias que el maltrato físico?

abuso psicológico infantil

Y es que muchas veces se nos olvida que el maltrato infantil no es solo dañar físicamente a un niño, también se produce una herida al ignorarlo, no respetar sus decisiones, humillarlo, no satisfacer sus necesidades tanto físicas como emocionales, darle una nalgada o “cinchazo” de vez en cuando, obligarlo a hacer algo que no quiere, etc.

No gusta aceptarlo, pero todo esto también constituye un tipo de violencia.

El maltrato psicológico es más sutil a diferencia del físico, por eso crecemos no sabiendo que fuimos víctimas de él, pero es igual de perjudicial para un niño que la violencia física, solo que no está tan visibilizado ni se habla mucho al respecto como se hace de las heridas visibles que provocan los golpes de los padres.

¿Y esas heridas psicológicas no tienen consecuencias en la vida adulta?

Pues sí, sí hay consecuencias y muchas porque, al igual que una herida física, una herida emocional también ocasiona un daño profundo y no solo a nivel psicológico, también a nivel fisiológico.

Hay estudios científicos que revelan cómo la falta de amor y atención afectan el desarrollo cerebral del niño e incluso cómo unas simples nalgadas ocasionales pueden afectar algunas regiones del cerebro.

El psiquiatra estadounidense Bruce Perry afirma lo siguiente: «los bebés necesitan la misma cantidad de afecto y atención que de nutrientes, hidratación, ropa seca y cobijo».

"El afecto físico es necesario para estimular parte de la actividad química del cerebro".-Bruce Perry.

negligencia e ignorancia

Lamentablemente muchas veces fuimos víctimas de comportamientos abusivos por parte de nuestra madre o padre, y no lo sabíamos hasta ahora.

Todo este tiempo era más fácil y menos doloroso pensar que todo lo que hacían era por nuestro propio bien para que más adelante nos convirtiéramos en adultos respetuosos y educados.

Aunque siempre me ha parecido difícil encontrar la lógica de enseñarle respeto a un niño faltándole el respeto, ¿no crees?

Quizás ahora de adulto no parece relevante que de vez en cuando te hayan propinado una nalgada porque no hiciste aquello que ellos querían, ni tampoco porque te forzaron a darle un abrazo o beso a alguien cuando no querías hacerlo.

Tampoco parece importante aquella vez que te hicieron sentir que tu opinión no importaba porque solo eras un niño o cuando sacabas de quicio a mamá o papá porque no podías parar de moverte ni de hablar.

No parece gran cosa, ¿no?

Muchos ríen y piensan que catalogar esos comportamientos de los padres como abusivos es exagerado porque claro, eran mamá y papá y se supone que sabían lo que hacían con nosotros.

Pero tristemente la realidad era otra y estaba lejos de ser así, en algunos casos no con la intención de hacer daño a propósito, pero sí por ignorancia. Y esa ignorancia puede costar muy cara a los niños cuando lleguen a la etapa adulta.

A veces por maldad y muchas otras por negligencia, pero se cometen muchos errores a la hora de pretender educar a los niños sin conocer las consecuencias que esos actos conllevan.

problemas psicológicos en hombres y mujeres

Ahora eres adulto y te preguntas: ¿por qué tengo una enorme sensación de soledad aun cuando estoy rodeado de muchas personas? ¿por qué no puedo dejar una relación sentimental con alguien que me trata mal y me humilla? ¿por qué no me siento capaz de hacer algo bien con mi vida? ¿por qué no puedo dejar de beber alcohol hasta perder el conocimiento? ¿por qué siento pánico e inseguridad de mí mismo?

Un sinfín de preguntas a las que no encuentras respuesta porque no te imaginas de dónde viene el problema. Y es que no es fácil resolver un problema cuando no sabemos, para empezar, de dónde viene ni quién lo provocó. 

Para algunos las respuestas a estas preguntas son obvias porque son conscientes de qué ocurrió cuando eran niños, pero para otros resulta confuso y doloroso y les puede tomar largos años averiguarlo.

Y todo esto es normal pues emprender un viaje a las propias entrañas emocionales es un camino doloroso que no cualquiera se atreve a recorrer, así que resulta más reconfortante y seguro ignorar lo que sucedió.

No es nada fácil encontrarte cara a cara nuevamente con aquello que te causó tanto dolor y sufrimiento cuando tan solo eras un niño o niña o adolescente. 

Cuántas veces de pequeño te obligaron a hacer algo que no querías o cuántas veces te hicieron sentir que tu dolor era insignificante. Cuántas veces te hicieron sentir tonto e inútil por no tener las mejores calificaciones escolares. Y cuántas veces te dejaron llorando solo para que así aprendieras a no ser «caprichoso» sin que se tomaran el tiempo de averiguar qué te ocurría. 

Todo esto puede parecerte una tontería siendo adulto, pero para el niño o niña que lo vivía provocaba tanto dolor como cualquier herida física en el cuerpo lo haría.

No se habla lo suficiente de este tipo de abusos hacia los niños y sus consecuencias a largo plazo porque como acertadamente dice el psiquiatra Perry «vivimos en una especie de analfabetismo infantil».

Hay poca educación al respecto de las consecuencias a nivel psicológico, emocional y físico que provocan en un niño que no se respeten sus decisiones, que no se le preste atención, que se le deje llorando desconsoladamente, darle nalgadas o jugar y compartir muy poco tiempo con él, por mencionar nada más algunas cosas.

Eso tiene que cambiar.

comenzar a sanar mi interior

Voltear a ver y abrazar a ese ser humano pequeño que fuiste años atrás, olvidado muchas veces por tu Yo adulto, que muchas veces se sintió solo y culpable de lo que le hacían o decían, es un acto de amor poderoso que puede ayudarte a responder a muchas de las preguntas que en muchas ocasiones te haces y no sabes el por qué.

Quiero finalizar diciéndote lo siguiente: si bien es cierto que sanar tus heridas emocionales y psicológicas no es una tarea fácil, aunque es dolorosa, no es imposible.

Comprender y validar el sentir de ese niño o niña herida del pasado será el comienzo de este largo, pero gratificante proceso de sanar todo ese dolor que ha estado contigo durante tanto tiempo y que no entendías el por qué de lo que sentías.

"No podemos tener un desarrollo normal del alma del hombre si no lo comprendemos y lo respetamos. El desarrollo del alma del niño ocurre a través de las experiencias que tiene y de la educación que recibe".-María Montessori